Centro de salud en Sobrado, A Coruña

Memoria

El necesario retranqueo respecto a la vía que atraviesa la parte delantera de la parcela y el desnivel existente entre ésta y nuestro solar, sugieren la posibilidad de disponer de un doble acceso. La planta superior se abre a la parte posterior de la parcela y se configura como la entrada principal para, así, ganar altura y, por tanto, aislamiento respecto a la carretera, y vistas hacia el imponente Monasterio de Sobrado dos Monxes. La planta inferior, por su parte, resuelve los accesos de servicio y se rodea de patios en busca de la misma independencia y vistas que la superior, en esta ocasión buscadas hacia el interior del edificio. Los volúmenes que definen estas dos plantas no son coincidentes en su forma, perímetro o dimensión, pero se enlazan mediante la parte de estructura que les es común y por las comunicaciones verticales (escalera, ascensor).

Con respecto al programa del centro, en la planta inferior se disponen los servicios públicos y de personal, así como la sala de extracciones, matrona, aula de formación, almacén y espacios para instalaciones, todo ello organizado en torno a un patio perimetral. En la planta superior se sitúan el acceso principal, los servicios de administración y consultas con sus correspondientes zonas de espera.

El edificio resuelve su iluminación y la relación entre las dos plantas y con el exterior a través de diversos patios, intentando resolver, simultáneamente, el aprovechamiento de las condiciones de la parcela en cuanto a orientación, topografía y vistas, con la necesaria intimidad requerida por las salas destinadas a consulta.

Los materiales que configuran la estructura portante del edificio (hormigón, principalmente, y acero) se exhiben como materiales de acabado o sustento de la carpintería. La sinceridad constructiva se traslada al interior, donde se conjuga la presencia de los muros transversales de hormigón que delimitan las consultas y establecen el ritmo estructural del edificio, con los materiales de pavimento y falso techo. Se pretende que la concisión volumétrica y formal del edificio se manifieste en el uso de los materiales, conformando el carácter y seña de identidad del edificio con la necesaria abstracción y calidad exigible.